Pedro se enfrenta a policías corruptos que han irrumpido en su casa. Con el miedo de ser descubiertos, los criminales se ven forzados a asesinar la esposa e hijo de Pedro, cantando evidencias que señalan a Pedro como el autor del crimen. Tras un juicio comprado, Pedro es encontrado culpable. Años después Pedro es liberado, abrumado y desencantado con la vida, debe enfrentarse a un pasado tormentoso y al autor del crimen por el que fue condenado.